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Felipe V de España. Reinado. Política exterior (1725-1746)

Pérdidas territoriales como consecuencia del
Tratado de Utrecht

En 1725 se firmaron tratados de paz y alianza con Carlos VI de Austria, y al año siguiente comenzó la guerra hispano-británica. Esta rivalidad, originada de las ventajas que había obtenido Inglaterra en el Tratado de Utrecht, marcó el resto del reinado con incesantes incidentes marítimos (desde 1739 la conocida con el nombre de guerra del Asiento). La organización de la Liga de Hannover entre las potencias europeas recelosas del tratado hispano-austriaco obligó a denunciarlo y a firmar el Convenio de El Pardo (1728) que reconoció definitivamente la vigencia del Tratado de Utrecht. Bajo la dirección de Patiño se reorientó la política exterior, buscando la alianza con Francia por medio del Primer Pacto de Familia (1733), en el contexto de la guerra de Sucesión polaca.

La ambivalente posición frente al tratado de Utrecht y la política europea de Francia también tuvieron como objetivo la recuperación de los territorios italianos para situar en ellos a los hijos de Isabel Farnesio y crear reinos satélites de España. La tarea fue encomendada a Carlos, el futuro Carlos III de España, que empezó por Plasencia, Parma y Toscana (1732) para luego ocupar el trono de Nápoles en 1734 (los tres ducados hubieron de ser devueltos a Austria, para ser más tarde recuperados, menos Toscana, por el infante Felipe). España volvió a ser una potencia naval, dominando el Atlántico, y a tener en cuenta en el Mediterráneo Occidental (aunque Inglaterra siguió controlando Gibraltar y Menorca). El nuevo ministro José del Campillo y Cossío, en el contexto de la guerra de Sucesión austríaca llevó al Segundo Pacto de Familia (1743).

Sacro Imperio Romano Germánico

El tratado de Viena de 1725 fue firmado por Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico y Felipe V de España. Según los términos del acuerdo, Carlos VI renunciaba a sus aspiraciones al trono español mantenidas durante la guerra de sucesión española, mientras Felipe V renunciaba a los territorios del Imperio en Italia y los Países Bajos.

En la firma del tratado comparecieron Eugenio de Saboya, Felipe Ludovico y Gundavaro Thomas en nombre de Carlos VI y Juan Guillermo Ripperdá en representación de Felipe V.

Dinamarca


El tratado de San Ildefonso de 1742, firmado entre Felipe V (España) y Cristián VI (Dinamarca), fue un tratado de amistad, navegación y comercio por el que se establecían las condiciones por las que se regirían las relaciones comerciales entre ambos países.

En la firma del tratado comparecieron José del Campillo y Cossío en nombre de Felipe V y Federico Luis, barón de Dehn, por parte de Cristián VI, quienes ajustaron el acuerdo en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso el 18 de julio de 1742. El acuerdo quedaría anulado en 1753.

Francia, Nápoles y la República de Génova

 El tratado de Aranjuez de 1745 fue una alianza militar pactada entre los reinos de España, Francia y Nápoles con la República de Génova, para apoyar a esta última frente a los ataques de Cerdeña y Austria, en el marco de la guerra de Sucesión austriaca.

A la redacción y firma del tratado, concluido en Aranjuez el 1 de mayo de 1745, asistieron Sebastián de la Cuadra, en nombre de Felipe V de España, Luis Guido Guerapin Baureal, en representación del rey Luis XV de Francia, Esteban Reggio y Gravina, enviado de Carlos VII de Nápoles, y Jerónimo Grimaldi en nombre de la república de Génova.
Francia
Reino de Nápoles
República de Génova
Pactos de Familia

Los Pactos de Familia fueron tres alianzas acordadas en distintas fechas del XVIII entre las monarquías de España y Francia. Deben su nombre a la relación de parentesco existente entre los reyes firmantes de los pactos, todos ellos pertenecientes a la Casa de Borbón. España se dio cuenta de que le convenía una política de amistad con Francia, por lo que se firmó un acuerdo por el que se ligaban militarmente. Dos de ellos se firmaron en la época de Felipe V, y los pactos llevaron a España a una serie de guerras europeas de la época:

Primer pacto: firmado en 1734, hace que España intervenga en la guerra de sucesión de Polonia, que acaba con el tratado de Viena en 1738. En este tratado, el príncipe Carlos obtiene Nápoles y Sicilia.
Segundo pacto: España entra en la guerra de sucesión de Austria en 1743, y cuando acaba esta guerra en 1748, Felipe V había muerto, y por el tratado de Aguisgrán, el príncipe Felipe obtiene los ducados de Parma, Plasencia y Guastalla.


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