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Felipe V de España. Reinado: Ascenso al trono y llegada a España

Felipe V de España
por Hyacinthe Rigaud (1701)
Felipe de Borbón, duque de Anjou, nació en Versalles como segundo de los hijos de Luis, Gran Delfín de Francia y de María Ana de Baviera. Por tanto, era nieto del rey francés Luis XIV y María Teresa de Austria, nacida infanta de España, y bisnieto de Felipe IV de España, de la Casa de Austria.

Al no tratarse del primogénito, sus posibilidades de heredar el trono de Francia parecían escasas, al igual que las posibilidades de heredar el de España por su ascendencia española. Su abuela paterna María Teresa (hija de Felipe IV —de su primer matrimonio, con Isabel de Borbón— y por tanto medio hermana del rey Carlos II de España —nacido del segundo matrimonio de aquel con Mariana de Austria—) había renunciado a sus derechos al trono español para poder casarse con el rey de Francia (que por otro lado era también primo hermano suyo, tanto por parte de padre como de madre). De hecho, Luis XIV y los demás reyes europeos ya habían pactado que el heredero del trono de España sería José Fernando de Baviera, ante la previsible muerte sin herederos de Carlos II. Este Primer Tratado de Partición de España, firmado en La Haya en 1698, adjudicaba a José Fernando todos los reinos peninsulares —salvo Guipúzcoa—, así como Cerdeña, los Países Bajos españoles y todos los territorios americanos. Por su parte Francia se quedaría con Guipúzcoa, Nápoles y Sicilia, mientras que Austria se quedaría con el Milanesado.

La muerte de José Fernando de Baviera en 1699 frustró dicha partición, con lo cual se negoció un nuevo Tratado de Partición —a espaldas de España— y de quien debería ser su rey, con lo que se firmó el Segundo Tratado de Partición en 1700. Este tratado reconocía como heredero al archiduque Carlos, biznieto a su vez de Felipe III de España, y le asignaba todos los reinos peninsulares, los Países Bajos españoles y las Indias; por contra Nápoles, Sicilia y Toscana serían para el Delfín de Francia, mientras que el emperador Leopoldo, duque de Lorena, recibiría el Milanesado a cambio de ceder Lorena y Bar al Delfín de Francia. Pero si tanto Francia como Holanda e Inglaterra estaban satisfechas con el acuerdo, el emperador no lo estaba y reclamaba la totalidad de la herencia española, ya que pensaba que el propio Carlos II nombraría heredero universal al archiduque. Sin embargo, Carlos II nombró heredero a su sobrino-nieto Felipe, con la esperanza de que Luis XIV evitara la división de su imperio, al ser su propio nieto el rey de España. Poco después, el 1 de noviembre de 1700, moría Carlos II y Felipe de Borbón, duque de Anjou, aceptaba la Corona el 16 de noviembre.
Proclamación de Felipe V como rey de España en el
palacio de Versalles (Francia) el 16 de noviembre de 1700.

La noticia de la muerte de Carlos II el 1 de noviembre en Madrid​ llegó a Versalles el 6 de noviembre. El 16 de noviembre de 1700, Luis XIV anunció en el tribunal español que aceptaba la voluntad de su primo, hermano y sobrino. A continuación, presenta a su nieto, de diecisiete años, a la Corte con estas palabras: «Señores, he aquí el Rey de España». Entonces le dijo a su nieto: «Pórtate bien en España, que es tu primer deber ahora, pero recuerda que naciste en Francia, para mantener la unión entre nuestras dos naciones, es esta la manera de hacerlos felices y preservar la paz de Europa».

Tras esto, el Imperio español y todas las monarquías europeas —a excepción de la Casa de Austria— reconocieron al nuevo rey. Felipe V dejó Versalles el 4 de diciembre y entró en España por Irún el 22 de enero de 1701, y realizó su entrada triunfal en Madrid el 18 de febrero. Pero después de unos meses de reinado, los errores políticos se acumularon:

  • El 1 de febrero de 1701, el Parlamento de París conservó las cartas de derechos de Felipe V, preservando su derecho al trono de Francia.
  • En febrero de 1701, Luis XIV, a petición del Consejo de Regencia español, envió tropas francesas junto a las guarniciones españolas de los Países Bajos Españoles, en la frontera con las Provincias Unidas, instaladas de acuerdo a un tratado bilateral firmado con España en 1698.
  • Tras el fallecimiento en el exilio de Jacobo II de Inglaterra, en septiembre de 1701, Luis XIV reconoció como rey de Inglaterra y Escocia a su hijo Jacobo Estuardo, el viejo pretendiente, con gran indignación del rey Guillermo III de Inglaterra.
  • Los franceses se establecieron en los altos cargos en Madrid y decidieron la nueva forma de orientar la política española.
Escudo Grande de Armas de los reyes
Felipe V, Luis I y Fernando VI de España
(con los collares de las órdenes del
Toisón de Oro y del Espíritu Santo).

Aunque la mayoría de los países aceptaron al nuevo rey, el emperador Leopoldo se negó a hacerlo al considerar que el archiduque Carlos de Austria, su segundo hijo, tenía más derechos al trono. Poco después Luis XIV reconoció que los derechos sucesorios a la Corona de Francia de su nieto segundogénito, el nuevo rey de España, permanecían intactos. A pesar de que la posibilidad de que Felipe heredara el trono francés era remota, ya que el hijo de Luis XIV, el Gran Delfín, gozaba de una excelente salud, y el hijo de este y hermano mayor de Felipe, estaba también en edad de reinar y casado, la perspectiva de una unión de las Coronas de España y Francia bajo la Casa de Borbón, pilotada desde la corte de Versalles, era temida por el resto de las potencias. Ante esta situación, Inglaterra-Escocia, las Provincias Unidas (ambos países bajo la autoridad de Guillermo III de Inglaterra, rey de Inglaterra y Escocia y estatúder de las Provincias Unidas), junto con los Habsburgo austríacos, firmaron en septiembre de 1701 el Tratado de La Haya. Previamente el rey francés había establecido una alianza formal con el elector de Baviera en el tratado de Versalles de marzo de 1701,​ y en septiembre de 1701 Luis XIV logró que Felipe V se casara con María Luisa Gabriela de Saboya, que se convertiría en su mayor apoyo en los difíciles momentos que pronto tendrían lugar; ya su hermano, el duque de Borgoña se había casado con la hermana de María Luisa, María Adelaida de Saboya, con lo que el matrimonio de las dos hermanas con dos hermanos iba dirigido a lograr una alianza con Saboya y a facilitar la entrada francesa en Italia.

En mayo de 1701 los ejércitos austriacos penetraron en Italia sin previa declaración de guerra con la intención de ocupar las posesiones españolas. En septiembre, el emperador, Inglaterra y los Países Bajos firmaron el Tratado de La Haya, y se establece una Alianza con la que oponerse a Francia y España. Finalmente, en mayo de 1702 esta «Gran Alianza» declaró la guerra a Francia y España, con la que comienza formalmente la Guerra de Sucesión Española.

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